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Natalia Quintana Plagaro es una amazona paraecuestre navarra que ha llegado al IFEMA Madrid Horse Week a dar una exhibición a lomos de su caballo, “Wallino”. Con él ahora y con “Liguster” anteriormente, ha dado toda una lección de vida a todo el mundo. A sus 26 años, acumula ya ocho campeonatos de España de Doma Clásica Adaptada consecutivos, dentro de la categoría Grado II. “Gracias a mi esfuerzo, mi bondad, mi súper entrenador Nicolás y mi familia he conseguido lograr este hito histórico”.

 

La amazona, con parálisis cerebral, ha tenido que pelear muy duro para lograr su sueño. Ella, sin embargo, no revela la clave de este éxito absoluto de una amazona paraecuestre que ha hecho méritos propios para ser la referencia en la disciplina paralímpica. “No te voy a decir la clave del éxito, eso es un secreto, una cosa mía y de mi entrenador y mío…Hala Madrid”. Delató su equipo de fútbol en ese momento.

 

Quintana, que está en Madrid tras lograr ese octavo campeonato de España en Segovia el pasado mes de junio, sabe que la sintonía con sus dos caballos ha sido difícil, pero para ella “somos uno y ahí es cuando todo fluye y es mucho más sencillo”.

 

Todos estos logros le llevaron hasta la cima. Tanto es así que entró en la «Galería de la Fama» de Pamplona, recibiendo ese honor el pasado mes de octubre en el Salón de Recepciones de la Casa Consistorial navarra. “Para mí es un honor poder representar a Navarra, ha sido algo increíble”. Además de estos éxitos, compagina su otro trabajo que lleva aparte y, tal como reconoce, “lo llevo bien”. Entre tanto campeonato consecutivo, es difícil para ella elegir uno como favorito. “Lo siento, pero me quedo con todos. No le quito prestigio ni mérito a ninguno de ellos”.

 

En el mundo de la hípica, la concentración es muy importante. Además, cuando sale a la pista ante tanto público como el que abarrota hoy las gradas del pabellón 12 de IFEMA, es más importante todavía ese factor. «Cuando salgo a pista se me olvida todo. Este deporte es el mejor antídoto para evadirme de las cosas». Y cuenta una anécdota del segundo año que llegó al Madrid Horse Week: “Vine con Laura Mangado a hacer una actuación conjunta. Fue increíble. Un paso a dos de una amazona con discapacidad con otra que no. Fue muy bonito”. La magia de la hípica, en todo su esplendor.

 

“Liguster”, el caballo con el que más éxitos ha tenido, es alguien muy especial para Natalia. “Él siempre me ha acompañado. Es como un padre o un profesor y siempre ha sido muy bueno conmigo”. Algo parecido a lo que ocurre con Alfonsina Maldonado y su caballo “Jordán de Centurión”. Ambas dieron sendas exhibiciones en este gran evento ecuestre para emocionar a todos los presentes. Su entrenador, además, dio una explicación sobre cómo se mueve encima del caballo: “Tiene unos aros y unos elásticos agarrados para evitar los movimientos fuera de sí de ella. Y con eso controlado entra en sintonía con el caballo”.

 

Natalia sabe que la visibilidad del deporte paralímpico es más reducida que la del resto. Para ella, lo mejor es que “la gente disfrute viéndonos y poder llegar así a todo el mundo”. Sin duda, un ejemplo de vitalidad encima de un caballo que le ha llevado a ser una campeona con todas las creces. Natalia, toda una vida dando exhibiciones a lomos de sus caballos. No solo hoy, sino siempre.


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