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Mikel Ochotorena Araiz es uno de los jinetes que ha representado a la Federación Navarra de Hípica (FNH) en el Campeonato de España Absoluto, Jinetes Jóvenes y Clásicos y Caballos Jóvenes 2024. Con un año lleno de cambios y desafíos, Mikel ha vivido una experiencia que ha puesto a prueba no solo sus habilidades deportivas, sino también su fortaleza mental.

Su preparación para este campeonato no fue la ideal, ya que este año ha estado marcado por grandes cambios. «No hemos podido preparar cuantitativamente el campeonato como hubiésemos deseado», admite Mikel. En febrero, se instaló en Robledales de la Ulzama, un entorno que le ha brindado nuevas oportunidades. «Las instalaciones y las relaciones humanas encontradas no tienen comparación con nada de lo vivido hasta ahora», explica. Sin embargo, este proceso de estabilización fue prioritario, y aunque no hubo una preparación intensa en competición, sus caballos Tato de Buzalen y Uno D’Auge llegaron al campeonato con una gran actitud.

El campeonato en sí fue una montaña rusa de emociones para Mikel. «El primer día sufrí una caída en el clásico de 1,20 m con Tato de Buzalen«, cuenta. La inexperiencia en este tipo de competiciones, sumada a una serie de circunstancias en el calentamiento, lo llevaron a un exceso de confianza, lo que resultó en una caída durante el recorrido. Afortunadamente, no hubo consecuencias graves, más allá del dolor físico. «Aunque las posibilidades de continuar compitiendo con Tato desaparecieron, pude seguir en el clásico de 1,30 m con Uno D’Auge«, relata. Mikel logró clasificarse en el 12º lugar, un resultado impresionante considerando las circunstancias. El reto de superar el traumatismo torácico y las limitaciones físicas fue considerable, pero llegar hasta la final fue una gran victoria personal.

El ambiente en la Dehesa Montenmedio, con sus espectaculares instalaciones, fue un punto destacado para Mikel, a pesar de las inclemencias del tiempo. «Llovió durante toda la competición, pero los inconvenientes se subsanaron favorablemente», comenta. Además, subraya la importancia de reflexionar sobre los valores que se deben transmitir en el deporte, destacando la disciplina, el esfuerzo y el respeto. Para él, siempre es un privilegio poder medirse con los mejores en unas instalaciones de tan alto nivel.

Tras esta experiencia, Mikel se lleva varias lecciones. «Toda competición es un aprendizaje en sí mismo», reflexiona. Cree que es fundamental mantener un equilibrio entre la autocrítica para aprender de los errores y la autoestima para reconocer los puntos fuertes. Este enfoque le ayudará a seguir mejorando en el futuro.

De cara a los próximos meses, Mikel planea dejar que termine la temporada y reconstruir sus objetivos para el próximo año. La experiencia de este campeonato ha sido un gran desafío, pero también una fuente de motivación para seguir creciendo.

Mikel no quiso cerrar la entrevista sin agradecer a todas las personas que han hecho posible su participación en este campeonato. «Mi familia, especialmente mi mujer, Elena, ha sido fundamental. Sin ellos, nada de esto sería posible», afirma con gratitud. También agradece a su equipo de apoyo, tanto a quienes estuvieron presentes en Vejer como a los que cuidaron de sus caballos en casa. «El empujón que recibes de estas personas es enorme», concluye.

Mikel Ochotorena Araiz ha demostrado que, incluso en las situaciones más difíciles, la perseverancia y el apoyo de un buen equipo pueden hacer la diferencia. Estamos seguros de que continuará superándose en sus próximos retos.

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