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El pasado domingo, el jinete navarro Mikel Ochotorena Araiz, a la monta de Uno D.Auge, se impuso en el Gran Premio San Fermín de Salto de Obstáculos en un gran final digno de una gran competición.

En una prueba con cronómetro y un desempate, sus cuatro rivales fueron cometiendo penalizaciones hasta dejarlo en la situación de que, si completaba el recorrido sin fallo, se haría con la victoria final.

¿Cómo viviste esos momentos antes de salir a la pista?

La verdad que estaba razonablemente tranquilo, dadas las circunstancias. Aunque salir el último puede suponer un punto extra de presión para algunas personas, creo que depende mucho de cada participante. Tener la información de los resultados del resto de binomios anteriores, en mi caso, me ayudo a plantear un recorrido conservador con un caballo muy fiable y, desde luego, eso da mucha tranquilidad.

¿Qué sentiste cuando estabais por encima del último obstáculo?

El último obstáculo es un momento clave, donde las emociones pueden pasar una factura demasiado cara. De hecho, ya habíamos visto un par de binomios derribar este obstáculo. Bien por la presión de tener que hacer bien lo poco que queda o bien por la relajación de creer que ya casi se ha terminado, es habitual ver faltas sobre el último obstáculo. El recorrido no se acaba hasta pasar por los cronos, y al escuchar la alegría del público, pensé: “ahora sí, ya está hecho”.

¿El caballo es consciente de la importancia del momento? ¿Puede “intuir” por tus reacciones que os encontráis en un momento especial de la competición?

Los caballos son animales muy sensibles con una gran intuición. Desde luego que la forma de “estar” de jinetes y amazonas influye directamente en su estado de ánimo y puede condicionar el rendimiento tanto en la comunicación, como en la toma de decisiones. Pero también, cuando el vínculo entre caballo y jinete es muy estrecho, los caballos hacen esfuerzos extra por nosotros intentando compensar las imprecisiones de los jinetes, con el fin de saltar los obstáculos sin falta. Este deporte, es un continuo ejercicio de comunicación.

Antes de que comenzara la competición el sábado ¿Cuáles eran tus planes para el fin de semana?

Tanto en mi caso como en el de mis alumnas, el objetivo era trabajar en un rendimiento lo más alto posible, asumiendo en cada caso, la realidad y el presente de cada binomio. Este es un deporte donde se compite en gran medida contra uno mismo. Poder desarrollar las habilidades de caballos y amazonas es el objetivo más ambicioso para mí. En la actualidad Bolero y Uno, son dos caballos que pueden ser muy competitivos en los niveles en los que han corrido en este concurso y veníamos con intención de competir para estar en los puestos de arriba.

Además de tomar parte en la “prueba grande”, participaste también en 0.80 y 1.20 metros. ¿Cuál es tu valoración general del torneo?

Estoy muy contento con los resultados. Los caballos se han comportado realmente bien, y aunque la fortuna que me acompañó en las pruebas de 1,30 m no lo hiciera del todo en las pruebas de 1,20 m, estoy muy satisfecho con los resultados. La suerte es un factor que también tiene su relevancia en competición.

Sacaste tres monturas, Simeone, Bolero G y Uno D.Auge. ¿Cómo definirías a cada uno de ellos? ¿Tienen su propia personalidad?

La esencia de cada caballo es muy diferente, así como sus historias y experiencias vividas.

Uno D.Augé es un caballo Silla Francés, con muy buenos orígenes de salto, tremendamente poderoso a nivel físico: muy fuerte, resistente y voluntarioso. Sin embargo, ha sido uno de los mayores retos de mi carrera profesional respecto al adiestramiento. Hoy en día, puedo decir que ha sido uno de mis grandes “maestros”, y el caballo que más confianza me da en competición.

Bolero G, es un caballo de salto holandés KWPN, muy ágil elástico limpio y rápido, lo que lo hace muy competitivo en alturas hasta 1,20 – 1,25 metros. Es muy inteligente sobre los obstáculos y una vez conquistada su confianza es un leal compañero.

Simeone es un caballo inexperto, que está fuera de su hábitat habitual. Muy ágil y respetuoso con los obstáculos, enfocado a ser un futuro caballo versátil de escuela para que los alumnos puedan competir con él. Este concurso ha sido su segunda salida a pista y ha reaccionado muy positivamente. Los objetivos estaban más centrados en el aprendizaje y adquisición de experiencia fuera de casa que en la competición.

Quiero destacar que los caballos de mi cuadra, son, mayoritariamente, caballos rehabilitados. No son grandes caballos de competición seleccionados para su óptimo desarrollo competitivo. Son caballos con problemas. A mí, me gustan las segundas oportunidades, y aunque el trabajo es mucho más largo, la recompensa y alegría de verlos rehabilitados, también es mayor. Desgraciadamente, es habitual ver caballos útiles y versátiles con carreras truncadas por diferentes circunstancias: mal manejo, falta de tiempo o de paciencia, lesiones físicas, traumas o incluso abandono.

¿Son distintas tus sensaciones cuando montas a uno u otro?

Sí por supuesto:

Uno D.Augé, es muy poderoso y da mucha seguridad sobre los obstáculos, pero tiene un carácter un poco ambivalente en función del contexto y tiene un manejo muy particular.

Bolero G es un caballo ágil y rápido, con una habilidad natural para saltar que lo hace muy competitivo, pero con una mente más delicada.

Simeone, necesita todavía trabajo de adiestramiento, pero tiene un gran equilibrio natural en el galope y es muy respetuoso con los obstáculos. Creo que puede ser un gran caballo de escuela.

Una de las curiosidades dentro del mundo de la hípica son los nombres de yeguas y caballos. ¿Por qué se llaman los tuyos así?

Cada raza o Stud book, tiene sus propias reglas, en función de la zona en la que ha sido criado, quienes son sus progenitores, cual es la yeguada a la que pertenecen o su año de nacimiento, por ejemplo, en el caso de Uno y Bolero. En otros casos como el de Simeone puede depender simplemente de la voluntad de su criador.

¿En qué momento de la temporada nos encontramos? ¿En qué pruebas tienes previsto participar?

En mi caso, estamos en una de las partes más importantes. Después de este concurso, la idea es participar en el Campeonato de España de Clásicos 1,20 y 1,30 que se celebrará en Cádiz en el mes de octubre poniendo fin a la temporada.

En las competiciones ¿qué porcentaje en el éxito de un binomio tienen caballo y jinete?

No podemos obviar que el primer deportista es el caballo. Especialmente en la disciplina de Salto de Obstáculos, tener un caballo adecuado a cada etapa es imprescindible para poder acceder a un nivel determinado de competición, y mucho más, para poder cosechar éxitos deportivos. La parte psicológica del jinete y tener una buena comunicación y desarrollo técnico-táctica del binomio, completan la fórmula del desarrollo físico y deportivo de nuestro caballo.

¿Qué tiene que tener un buen caballo de saltos? ¿Hay alguna raza especial para ello?

Un físico resistente, buena cabeza, buena “montabilidad”, buen equilibrio y calidad del galope, gusto por saltar y respeto sobre las barras.

Existen muchas razas enfocadas al salto de obstáculos Silla Francés, Holstainer, Oldenburgo, Hannoveriano, KWPN (holandés), BWP (belga), etc. Alemania, Bélgica, Holanda o Francia son algunos de los países que mayor número de caballos de salto, crían y exportan a todo el mundo con resultados en el primer nivel de competición internacional.

¿Y un jinete de saltos?

Valentía, buena gestión emocional, sensibilidad, determinación, liderazgo, capacidad de adaptación e inteligencia.

¿Cómo te definirías tú como competidor?

Aunque actualmente estoy en competición tanto en la disciplina de Doma Clásica como en la de Salto de Obstáculos, mi perfil profesional no se basa específicamente en obtener resultados en competición propiamente dicho, como sí lo hacen otros profesionales. Mi perfil profesional fundamentalmente es la docencia, pero considero importante poder predicar con el ejemplo. Exponerse al público y a otros deportistas siempre exige dar lo mejor de uno mismo. Sin embargo, soy bastante competitivo y siempre que tengo un caballo que me concede la oportunidad, intento competir para ganar.

¿Qué sería más importante, la técnica o el corazón?

Ambas son imprescindibles e irremplazables y además le sumaría la inteligencia. En mi opinión, la clave está en dominar la técnica para poder llevarte donde el corazón te pida, haciendo el mejor cálculo de riesgos posible. No siempre se puede estar al mejor nivel y en ocasiones hay que saber ceder para poder rendir mejor en el futuro.

¿Cómo se enseña a un caballo? ¿Es cierto eso que dicen que hay que ser su amigo cuando se está pie a tierra y su amo cuando va uno sobre de él?

Es un deporte muy complejo donde podemos observar escuelas con diferentes planteamientos obteniendo buenos resultados. Por ejemplo, la escuela alemana o la francesa son bastante diferentes entre sí y en un punto medio podemos encontrar la holandesa o la americana.

En lo que creo que coinciden todas ellas es: trabajo diario, paciencia, progresividad, proporcionalidad y bienestar general de los caballos.

Creo que es importante ser cauto a la hora de poner este tipo de etiquetas. No podemos perder de vista que los caballos son animales muy poderosos y que nunca se les debe perder el respeto. En mi opinión, el liderazgo se basa en el respeto y la confianza mutuos asumiendo que la relación ha de ser siempre asimétrica. Es decir, los líderes de la manada hemos de ser en todo momento, nosotros, los humanos.

Ahora mismo tu vida gira en torno al caballo, pero ¿Qué te aporta convivir con estos animales?

Para mí es un privilegio poder tener este estilo de vida, pero no es un trabajo habitual, desde luego. Estar en contacto con la naturaleza, con un animal tan especial como el caballo y poder desarrollar la comunicación entre personas y caballos es una de las cosas que más valoro. Tenemos mucho que aprender de nosotros mismos a través de la mirada de nuestros caballos.

¿Crees que los caballos saben cuándo alguien está de buen o mal humor?

Desde luego los caballos son animales muy sensibles y sensitivos. A ellos no se les puede engañar. Quizá, eso es algo que en la sociedad de hoy en día y en la comunicación con seres humanos, hemos normalizado excesivamente.

¿Los tuyos lo saben?

Mis caballos no son una excepción. Intento tener una relación de confianza y respeto con ellos, pero los errores están a la orden del día. Creo que es importante estar con las antenas alerta para darnos cuenta de los mensajes que nos están enviando nuestros caballos durante el entrenamiento y también pie a tierra. La suerte de trabajar con caballos es que, aunque te equivoques, si eres capaz de rectificar a tiempo, ellos enseguida reaccionan favorablemente. Son muy agradecidos.

¿Por qué recomendarías montar a caballo?

Es una oportunidad única de comunicarse con un ser vivo de otra manera y además de poder aprender mucho de uno mismo.

¿Desde cuándo llevas en esto de la hípica?

Empecé a montar a la edad de 8 años y hasta los 25 años, siempre tuve una gran afición, y estuve en contacto con la hípica a nivel profesional o semiprofesional. Después, tras conocer el mundo profesional de cerca y estar trabajando en otros países, mi desencanto fue tal, que dejé la equitación de lado y me centré en otras actividades.

Años después, y gracias a Elena, mi mujer, he podido retomar y reenfocar mi profesión de una manera personal, intentando aportar algo propio, sin la necesidad de repetir clichés profesionales.

¿Siempre en Salto de Obstáculos o has probado otras disciplinas hípicas?   

Siempre he estado relacionado al mundo del salto de obstáculos y de la doma clásica. Esta polivalencia, es una de las cosas más enriquecedoras que he recibido a lo largo de los años.          

¿Sigues compitiendo en alguna de ellas?

Sí, en ambas.

¿Qué deporte hubieras elegido de no dedicarte a este?

Creo que no me hubiera dedicado a ningún otro deporte, pero me encanta el piragüismo de aguas bravas

Para ir finalizando, dinos qué te sugieren estas frases sobre los caballos:

•    Es fácil hablar con un caballo si entiendes su lenguaje

Relacionarse y hablar, son cosas diferentes. Entre los seres humanos, muchas veces desvirtuamos esta diferencia. Entender cuáles son las necesidades de los caballos a nivel etológico, desde luego es la mejor forma de empatizar con ellos y poder relacionarse.

•    El jinete sólo puede estar satisfecho cuando el caballo ama su trabajo.

Ojalá fuera así, pero desgraciadamente en el mundo profesional, es fácil encontrar ejemplos que desmienten este mito. Estoy de acuerdo en que cualquier jinete o amazona prefiere tener a su caballo a favor, disfrutando ambos de la práctica deportiva. Aun así, cuando el objetivo final es ganar concursos, y más aún cuando los premios son elevados, es fácil desdibujar las líneas que separan el “todo vale” de métodos de entrenamiento.

¿Tiene Mikel Ochotorena algún sueño a lomos de un caballo?

Afortunadamente, ya no tengo muchos pájaros en la cabeza. Saber cuál es tu sitio y no olvidar los orígenes ofrecen una perspectiva diferente de lo que significa soñar. Poder trabajar con el gran equipo humano que me rodea, tener compañeros tan leales como los caballos y tener la libertad de poder elegir la manera de hacerlo, es en sí mismo, más de lo que había soñado.

Siempre hay cosas para mejorar y ámbitos en los que crecer. Sólo hay que seguir trabajando.