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Entre el 29 de agosto y el 3 de setiembre, Valencia acogió el Campeonato de España de Salto de Menores, en el que una amazona navarra debutaba en una prueba nacional. Carla Del Burgo Legarra y su montura Daenerys Lerchenbergb, fueron los protagonistas de este hecho, del que la joven deportista navarra salió muy satisfecha.
Al paso…
“Yo monto más para disfrutar y pasármelo bien que para ganar”
“Lo que menos me gusta de este deporte es la presión que veo en alguna gente de mi edad”
“Antes del primer salto, siempre me digo “Ayúdanos mama”.

¿Estabas muy nerviosa antes de empezar?
El primer día no estaba muy nerviosa porque no vi el recorrido muy alto aunque sí un poco técnico. Además, saltamos un par de saltos el día anterior en la toma de contacto y los dimos muy bien, lo que me dio confianza. Noté a la yegua fantástica.
¿Qué pensabas justo antes de entrar en el cuadrilongo?
Justo antes de entrar a la pista repasé el recorrido con mi entrenadora Paula Azofra y con Kevin González de Zarate. Les pregunté alguna duda que tenía sobre una calle y entré a la pista de competición.
¿Cuál era el objetivo en este campeonato?
El principal objetivo era disfrutar y montar bien. Si pasaba a la final, genial. Pero si no, con montar bien y fina me valía. Finalmente, la suerte me acompañó el viernes haciendo un bonito recorrido en la segunda calificativa y terminándolo sin falta, lo que me permitió disputar la final el sábado.
En la primera calificativa cometes un derribo ¿Visteis peligrar este objetivo?
No, me quedé muy satisfecha con mi recorrido porque hubo pocos ceros y cuatros. Lo que tenía el viernes fue un poco de presión porque quería hacer “0” para asegurarme estar en la final del sábado.
El viernes recuperas y con un recorrido “limpio”, te clasificas para la final. ¿Contenta por estar ahí o queríais más?
El viernes, cuando veía los recorridos de mis compañeros, me asusté un poco porque hubo bastantes desastres. Yo salí a saltar más allá del puesto 20º y solo una persona había conseguido completar el recorrido sin sanciones. Sinceramente, no tenía muchas esperanzas en hacer 0 y cuando finalicé mi recorrido sin penalización ¡no me lo creía! Me quedé muy muy a gusto con mi recorrido y mi yegua saltó muy bien.
A la conclusión del campeonato concluyes en el puesto 14º ¿Satisfecha del trabajo realizado?
La verdad es que estoy muy contenta con el resultado ya que todo el trabajo que hemos puesto, sobre todo durante el verano, que es cuando más he estado montando, ha tenido su recompensa.
La Hípica es un deporte de equipo en el que el animal es una parte muy importante de él. ¿Qué tal se comportó Daenerys Lerchenbergb?
Daenerys se portó increíble. Yo diría que ahora está en su mejor momento deportivo. Está trabajando muy bien y nota muy cómoda en 1,30 metros, altura a la que subimos hace muy poquito. Fuimos a competir dos semanas a Laredo antes del campeonato y las sensaciones fueron muy buenas.
Un nombre curioso ¿Por qué se llama así?
Se llama así desde que la conozco, aunque yo la llamo Puri. La compramos hace 3 años en Bélgica a través de Hana Travner y de Sara Freudenthal, que eran muy buenas amigas de mi madre. En cuanto Sara la vio, lo primero que dijo fue: “La vamos a llamar Puri”. Y así se quedó.
¿Qué destacarías de su “personalidad”?
Lo que más destacaría de Daenerys (bueno, de Puri) es el gran corazón que tiene. Le gusta mucho saltar. Siempre hace todo lo posible por pasar al otro lado del salto.
Además, ya le he pillado el truco y se me hace muy fácil saltar con ella porque siempre responde a lo que le pido. Me da muchísima confianza a la hora de saltar. Llevo tres años con ella (la compramos con 7 años) y no se me ha parado jamás. Siempre está al otro lado. Puri me ha enseñado prácticamente todo. Gracias a ella he podido ir subiendo de altura poco a poco. Empezamos saltando pruebas de un metro y acabamos de saltar un campeonato de España (1,30/1,35 metros).
Y tú, ¿cómo te defines como saltadora? ¿Tienes alguna manía antes de entrar en el cuadrilongo?
Yo me considero una persona que soy “cero” competitiva. En ese aspecto me parezco poco a mi madre. Ella era muy competitiva. Cuando era joven ganó muchas pruebas con un caballo muy rápido y limpio que tenía (Urbain). Yo monto más para disfrutar y pasármelo bien que para ganar.
Hay veces que mi entrenadora me pide que haga algún recorte para coger más solvencia y cuando no lo hago se enfada un poco conmigo (normal). Ella, al igual que mi madre, también es muy competitiva. Antes de empezar el recorrido Paula siempre me dice que haga un cambio de pie para que la yegua se ponga más atenta. Cuando estoy al paso, antes de empezar a galopar para ir al primer salto, siempre pienso en mi madre y le digo: “Ayúdanos mama”.
Por cierto ¿Llevas mucho montando a caballo?
Empecé a dar mis primeras clases en Añezcar cuando tenía unos siete años. Me llevaba mi padre pero por entonces no me enganchó. Volví a montar dos años después porque mis hermanas tienen autismo y le aconsejaron a mi madre que las llevara a equinoterapia. Y eso hizo. Fuimos al centro ecuestre Robledales de Ulzama con mis hermanas para que hicieran una sesión y ahí mi madre me dijo: “¿Y si empezamos a montar?”.
Y así fue. Mi madre había montado durante toda su vida hasta que se quedó embarazada de mí, cuando lo dejó. Luego volvió y yo me uní. Empezamos yendo un día, luego dos, tres, luego alquiló una yegua, más tarde compró un potro (De Lucia) y después llegó “la Puri”.
¿Desde cuándo practicas el salto?
Yo llevo compitiendo desde 2018. Empecé con un caballo de una escuela (Kerman) y más adelante comencé a competir con la primera yegua que tuve (Saramadline de Castet).
¿Qué es lo que más te gusta de esta disciplina?
Lo que más me gusta son las competiciones, ya que es ahí donde ves si el trabajo que estás haciendo diariamente en casa es el correcto o no.
¿Y lo que menos?
Lo que menos me gusta es la presión que veo en alguna gente de mi edad, por sus padres o por sus entrenadores, y quizás por eso un punto de rivalidad insana.
¿Cuántas horas entrenas a la semana?
Durante el curso, ahora que la yegua esta en Vitoria y yo he empezado a estudiar segundo de bachiller, monto los fines de semana y festivos y algún día entre semana cuando mi padre me puede llevar. Este verano he ido a montar a diario con la gran suerte de que mi entrenadora me dejaba montar a bastantes caballos.
¿Y se lleva bien con los estudios?
Cuando la yegua estaba en Añezcar (me ayudó mucho Fernando Moreno), me costaba más compaginarlo porque tenía que ir todos los días. Llegamos a un punto mi padre y yo en que no nos daba la vida para hacer todo. Ahora, con la yegua en Vitoria, me es más fácil compaginarlo porque entre semana estudio y en la hípica se encargan y cuidan mucho de ella.
Y cuando no estás montando o estudiando ¿En qué empleas tu tiempo libre?
Cuando tengo un poco de tiempo libre suelo aprovechar o para quedar con mis amigas o para descansar.
¿Qué otro deporte harías si no practicaras Salto?
Yo creo que, si no montara, haría tenis. Hace tiempo jugaba y me gustaba bastante aunque, la verdad, no es que se me diera muy bien.
¿A qué alturas estamos de la temporada?
Como he dicho antes, creo que tanto la yegua como yo estamos en un buen momento. Nos entendemos a las mil maravillas. Lo malo es que ahora bajaremos un poco el pistón de concursos porque tengo que centrarme en los estudios para entrar el curso que viene en la universidad y ella también se merece estar un poco tranquila.

¿Qué objetivos os marcáis en ella?
Nuestro próximo objetivo es el último fin de semana de octubre que tenemos el Trofeo Princesa de Asturias en Madrid. Para prepararlo, iremos a finales de septiembre a Heras (Cantabria) para competir en un nacional 3 estrellas.
Yo solo saltaré el sábado y el domingo en las pruebas de 1,30 metros porque el viernes tengo colegio, así que ese día la correrá mi entrenadora, Paula Azofra, que también se entiende muy bien con ella, se divierte y le gusta mucho.
¿Tienes algún sueño montada a caballo?
Cuando era pequeña siempre le decía a mi madre: “Mi sueño es ir a un campeonato de España”. Hoy puedo decir que ya he cumplido ese sueño, aunque me acordé especialmente de ella en el campeonato. Me hubiera encantado poder tenerla a mi lado. No estuvo físicamente presente, pero estoy convencida de que me estuvo viendo y apoyando desde arriba y que si estuviera aquí estaría muy muy orgullosa.


Finalmente, quiero agradecer a mi padre por el esfuerzo que hace llevándome a todos los concursos, por apoyarme siempre y ayudarme a cumplir mis sueños. También a mi entrenadora, Paula Azofra, y a Pilar, su madre, por todo lo que hacen por mí y por el cariño que me han dado especialmente este verano. Y, por último, muchas gracias a Eneko, Ander y Diego por cuidar de mi Puri como si fuera suya y por ocuparse y tratarla tan bien y con tanto cariño.